Origen del papel higiénico

Los chinos fueron quienes inventaron el papel en el siglo II, pero al principio solo se usaba para escribir y para guardar cosas. Se tardó mucho tiempo en dedicarlo a limpieza íntima.

Con piedras y trozos de arcilla los antiguos griegos, con esponjas bañadas en agua salada y atadas a un palo se aseaban los romanos, aunque los pudientes las humedecían en agua de rosas. También se especula con la lechuga, el césped, hojas de maíz, pieles, hojas de coco, trapos, musgo, nieve, algas y una larga lista de soluciones que se ponían en práctica en diferentes épocas y lugares.

Los primeros datos hacen referencia al año 589 d. C. pero no se figura el nombre del inventor, aunque un académico llamado Zhuiti ya escribió que los papeles en donde había anotaciones de los sabios, no podían utilizarse para el baño.

Fue en China a partir del siglo XIV, cuando comienza a fabricarse el papel higiénico en forma de hoja. Consta en las escrituras que solo en la provincia de Zhejiang se apilaban más de diez millones de paquetes para consumir en un año, de entre 1.000 y 10.000 hojas, dependiendo del tamaño.

En esa época dominaba la dinastía Ming y la familia imperial que residía en Nanjing consumió más de 15.000 hojas de un papel especial, muy suave y perfumado.

En Europa tardó unos años en hacerse popular tal elemento. Durante muchos años se siguió haciendo uso de trapos, hojas, paja y otros artilugios, con la excepción de los franceses que se limpiaban con encaje y sedas y más tarde con el bidet.

El primero en darle cobertura comercial al invento, fue el norteamericano Joseph C. Gayetty allá por el año 1857. Se presentó con el nombre de “papel medicinal” y las láminas estaban humedecidas con aloe y le acompañaba un eslogan “la mayor necesidad de nuestro tiempo”.

Aquel papel fracaso y no llegó a sustituir el papel de periódico hasta que en el año 1871 los hermanos Scott, también estadounidenses, llevaron al mercado lo que hoy conocemos como papel higiénico y su éxito se debió al formato de rollos pequeños. Aunque la introducción no fue nada fácil ante una sociedad que consideraba inmoral que aquel producto íntimo, estuviera expuesto tan a la vista en las tiendas de venta al público.

Posteriormente y en todos los lugares del mundo comienzan a crearse nuevas empresas de fabricación y aplicándose en la suavidad, la textura y el diseño.

Para elaborar el papel higiénico se hace uso de fibra vegetal, virgen o también puede ser reciclada. La fibra se mezclará con agua y con algunas sustancias químicas hasta que se forma una pasta que posteriormente es pasada por una prensa que la aplasta, formando un pliego húmedo. Tras pasar por un tubo caliente se lleva al secador. Una vez se ha secado el proceso continúa con la decoración y el enrollado en un enorme cilindro. Se corta y se marca a tamaño de unos 10 centímetros.

Es un papel absorbente y la mayoría de sistemas de alcantarillado permiten que se tire con las aguas fecales.

Hoy en día está en constante innovación, incluso con la aplicación de ideas ecologistas que reducen la polución.

De pasar de ser un material vendido en la trastienda, el papel higiénico es manipulado por artistas de la plástica y de la moda que lo emplean para realizar sus trabajos.

Pero cabe recordar una pregunta ¿Qué haríamos sin papel higiénico?

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Publicado el: 13 de abril de 2018