Se trata de la elaboración de unos de los platos más tradicionales de la cocina de Mallorca, una fritura en aceite de oliva en el que se usa particularmente la carne, asadura, hígado, sangre cocida de cordero, de cabrito o de cerdo que se condimentan con sal, guindillas, ajo, pimienta, laurel, hinojo, clavo, canela y se acompaña habitualmente con la mezcla de patatas, pimientos rojos, cebolletas y habas tiernas.

Parece ser que sus orígenes se remontan al siglo XIV, según se recoge en recetarios de aquella época y presenta cierto parecido con la gastronomía árabe y judeo-sefardí.

En la actualidad conocemos distintas variantes del frito mallorquín, hace unos años la lista se amplió, incorporando “el frito de marisco y de pescado”, pero el más popular sin duda es el que se prepara en tiempo de matanzas, de ahí su nombre; “frito de matanzas”.

Quienes son admiradores de este plato defienden que el sabor del frito es mejor de un día para otro.

Para 4 personas, dispondremos de los siguientes ingredientes:

• 1 kg de frito, asadura e hígado de cordero.
• ¼ de kg. Sangre cocida
• 1 kg Patatas
• ½ Kg. pimientos rojos
• 1 manojo de cebolleta tierna
• Unas ramitas de hinojo fresco
• 1 cabeza de ajos
• 3 hojas de laurel
• Sal
• Aceite de oliva
• 1 o 2 Guindillas

 

PARA SU PREPARACIÓN:

Cortaremos el frito en porciones pequeñas y le echaremos sal y pimienta.

Cortaremos la verdura también en porciones pequeñas.

Pondremos abundante aceite en una sartén hasta que esté bien caliente.

Freiremos las patatas, con los ajos bien chafados y los guardaremos en una olla de barro.

Freiremos la asadura, con las guindillas y el laurel.

Freiremos los pimientos, la cebolleta y el hinojo.

Retiramos y escurrimos bien el aceite.