La Cumbre del Clima se ha celebrado en Madrid de manera improvisada y a toda prisa, ya que era Chile el país encargado de realizar este encuentro mundial y no pudo. Aun así, ha despertado el interés en una gran parte de la población de los cinco continentes.
Aunque este matiz quizá no tenga importancia si al final no se convierten en prioridades los acuerdos alcanzados entre los países participantes. No puede ser hacer previsiones de mejora para el 2050, hay que agilizar la burocracia ante este estropicio.

Nos quedaremos con que Dinamarca en un plazo corto quiere reducir a cero su CO2. Está bien la iniciativa. Pero ¿cuál es la proporción de este pequeño país ante todos los que realmente contaminan?
Nos quedaremos con “los incendios en los océanos”. La subida de la temperatura está cambiando la biodiversidad en los fondos marinos. ¿Seremos capaces de actuar a tiempo?

Nos quedaremos con la no participación de los países más contaminantes. China, Estados Unidos, Rusia, India y Australia. ¿Algún día se pondrán del lado de los países coherentes?
Nos quedaremos con la participación de los científicos sensibilizados que hace tiempo vienen advirtiendo de este grave problema. Ya consiguieron reducir con su trabajo el tamaño de la capa de ozono. ¿Será por fin el tiempo de caminar paralelamente con las opiniones de estos expertos?

Nos quedaremos con que cerca de 2020, aún no sabemos salvaguardar nuestros ecosistemas. ¿Para cuándo?

Nos quedaremos con la aparición de Greta Thunberg para unos un icono para otros un espectáculo de circo. Lo cierto es que gracias a esta joven activista se ha despertado la conciencia de muchos despreocupados. Gracias a esta joven sabemos que el cambio climático es la mayor amenaza a los derechos humanos ¿Es el momento de pensar en la re-educación medio ambiental?
Las consecuencias son alarmantes; en el mundo mueren siete millones de personas por la contaminación. Y a más del doble, les causa enfermedades irreversibles.

Si de estos encuentros mundiales no solo sacamos conclusiones, habrá valido la pena.

Desde este modesto espacio de Grupo Garau,  seguiremos apostando por el bien común, seguiremos trabajando para que los productos que lleguen a nuestros clientes cumplan con todos los controles de calidad, pero también lo hagan en beneficio de la sostenibilidad.
Nos solidarizamos con quienes aprecian la labor cívica y con quienes estructuran el futuro pensando en el bien de nuestros predecesores.